No Hay Edad Para Ser Emprendedor! La Increíble Historia de una Abuelita que Vende Dulces.
Doña Irene Raymundo Gerónimo, un ejemplo de determinación y amor por el emprendimiento, es originaria de Conguaco, Jutiapa.
A sus 80 años, ha demostrado que la edad no es un obstáculo para alcanzar sueños ni metas.
Una historia de superación, que demuestra que cuando se quiere, se puede.
La Abuelita da el ejemplo a las nuevas generaciones, de nunca rendirse y trabajar hasta lograr los objetivos de vida.
Es increíble como este tipo de historias demuestran que hay Guatemaltecos incansables, que no se rinden para seguir progresando en el país.
Una historia de superación y entrega a su trabajo.
Con solo 30 años, Doña Irene dejó su tierra natal para trasladarse a las fincas algodoneras del municipio de Tiquisate.
Años después, estableció su hogar en la cabecera municipal, donde cada mañana sale con energía y entusiasmo a vender los dulces que ella misma prepara.
Que es lo que vende esta ejemplar abuelita.
Entre sus especialidades destacan los dulces de leche de maní, pepitoria y ajonjolí, que elabora con esmero cada tarde.
Estos dulces no solo son un deleite para el paladar, sino también el resultado de su dedicación y esfuerzo.
Encuentra el camino como Emprendedora y se gana el cariño de las personas.
Mientras sus hermanos permanecen en Jutiapa, Doña Irene ha encontrado su propio camino como emprendedora, ganándose el corazón de su comunidad.
No solo en su comunidad, ahora por su historia en redes sociales, miles de Guatemaltecos la felicitan y le muestran su cariño con tiernos mensajes de apoyo.
Esto demuestra que este tipo de historias conmueven a las personas, sin importar el lugar o la distancia.
Los años demuestran la sabiduría de la Abuelita.
Con una sabiduría adquirida a lo largo de los años, comparte un consejo invaluable:
“La edad no es un impedimento para ser emprendedor. Hay que madrugar y trabajar mientras tengamos vida que Dios nos da”.
Su mensaje inspira a mujeres, jóvenes y adultos a seguir luchando por sus sueños.
