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Usuarios Temen Subir a Buses Extraurbanos por Constantes Asaltos en Guatemala

Usuarios Temen Subir a Buses Extraurbanos por Constantes Asaltos en Guatemala

En Guatemala, abordar un bus extraurbano se ha convertido en un riesgo para los pasajeros. La delincuencia ha tomado control de muchas rutas, generando miedo entre los usuarios que diariamente dependen de este medio de transporte. Asaltos, homicidios y ataques extorsivos se han vuelto parte del día a día, especialmente en los departamentos de Guatemala y Escuintla, donde se reportan los índices más altos de violencia en el transporte público.

La creciente ola de inseguridad en el transporte público

Los pasajeros denuncian que los delincuentes operan con total impunidad, subiendo a los buses para despojar a los ciudadanos de sus pertenencias. Celulares, dinero en efectivo y objetos de valor son los principales objetivos de los criminales, quienes, en muchas ocasiones, amenazan con armas de fuego o blancas. Además, los conductores y ayudantes tampoco están exentos de la violencia, ya que son víctimas de extorsiones por parte de estructuras criminales que exigen pagos semanales para permitirles operar sin ataques.

Las empresas de transporte han recibido amenazas y ataques directos, como el incendio de buses o el asesinato de pilotos que se niegan a pagar las cuotas impuestas por las pandillas. Esto ha generado un clima de terror entre los transportistas, quienes en muchas ocasiones deben suspender el servicio por temor a represalias.

Guatemala y Escuintla, los departamentos más afectados

De acuerdo con los reportes de las autoridades, los departamentos de Guatemala y Escuintla son los que registran más casos de asaltos y homicidios relacionados con el transporte público. En estas zonas, la presencia de grupos delictivos organizados ha generado un ambiente de inseguridad que afecta a miles de ciudadanos diariamente.

Los pasajeros que deben movilizarse entre estos departamentos no tienen otra opción que arriesgarse y abordar los buses, muchas veces encomendándose a su fe. «Solo Dios me ayuda cuando salgo a la calle«, expresó una usuaria que, como muchos guatemaltecos, vive con miedo cada vez que usa el transporte público.

Ante el incremento de los delitos en el transporte extraurbano, las autoridades han anunciado operativos de seguridad en distintos puntos estratégicos. Sin embargo, los usuarios consideran que estas medidas no han sido suficientes para reducir la incidencia criminal. Muchas víctimas de asaltos han señalado que los patrullajes son esporádicos y no abarcan las rutas más peligrosas, lo que permite que los delincuentes sigan operando con libertad.

La Policía Nacional Civil (PNC) ha implementado controles de registro en varias terminales y estaciones, pero la falta de personal y recursos dificulta que estas acciones sean efectivas. Por su parte, el Ministerio de Gobernación ha indicado que trabaja en estrategias para fortalecer la seguridad en el transporte público, aunque los resultados aún no se reflejan en la reducción de los delitos.

Ante la inseguridad, los pasajeros han adoptado diversas estrategias para minimizar los riesgos al viajar en buses extraurbanos. Algunas de las recomendaciones más comunes incluyen:

  1. Evitar llevar objetos de valor a la vista: Celulares, joyas y dinero en efectivo deben mantenerse resguardados para no llamar la atención de los delincuentes.
  2. Optar por rutas más seguras: Aunque algunas rutas son más directas, pueden ser más peligrosas. Es recomendable elegir aquellas que cuenten con mayor presencia policial.
  3. No resistirse en caso de asalto: La prioridad debe ser la seguridad personal. Responder a los delincuentes puede desencadenar violencia.
  4. Viajar en grupo: Siempre que sea posible, es mejor viajar acompañado, ya que los delincuentes suelen atacar a personas que van solas.
  5. Denunciar los hechos: Si se es víctima de un asalto, es fundamental reportarlo a las autoridades para que puedan tomar medidas.

Los guatemaltecos exigen soluciones concretas para frenar la ola de violencia en el transporte público. La falta de seguridad ha llevado a que muchas personas busquen alternativas más costosas para movilizarse, afectando su economía y calidad de vida.

Es urgente que el Gobierno refuerce la presencia policial en las rutas más afectadas y trabaje en estrategias a largo plazo para erradicar el crimen organizado en el transporte. Mientras esto no suceda, miles de pasajeros seguirán viviendo con temor cada vez que suban a un bus, sin certeza de si llegarán con bien a su destino.